Siete estrategias para proteger los ojos de forma natural
A pesar de lo que le diga el médico, existen formas de proteger los ojos:
Deje de fumar. Todos los humos que entran en el cuerpo, incluido el del tubo de escape de los vehículos a motor, traen consigo miles de millones de radicales libres, moléculas agresivas capaces de dañar o destruir las células. Las células de la retina y de la mácula son especialmente sensibles a los radicales libres, puesto que su fuerte exposición a la luz ya les fuerza a sufrir una presión constante. Y no hablemos del humo del tabaco.
Vigile la tensión. Los ojos se encuentran recubiertos de vasos sanguíneos microscópicos, los capilares, que irrigan las células de la vista. Si tiene la tensión demasiado alta (y recuerde que no hay forma de saberlo si no se controla regularmente), los capilares acaban por dañarse.
Tenga cuidado con el azúcar en sangre. Un nivel excesivo de glucosa en la sangre daña fuertemente los capilares. Por eso, las personas diabéticas corren el riesgo de quedarse ciegas, o hasta de sufrir una amputación cuando los vasos sanguíneos se han destruido y los miembros ya no reciben irrigación.
Tome mucha verdura. En especial berza, espinacas y brócoli, pues las investigaciones médicas han demostrado que esta clase de dieta mejora la vista, al ser rica en carotenoides, y en particular luteína.
Aumente sus aportes de omega-3. Una alimentación equilibrada en omega-3 mejora la vista. Consuma más pescado azul o tome suplementos de omega-3.
Coma pequeños frutos negros (grosellas, arándanos, moras...). Son ricos en antocianinas, pigmentos que actúan como una "crema solar" para las células, protegiéndolas de los daños provocados por la absorción de las radiaciones de alta frecuencia y en especial los rayos ultravioleta.
Coma yemas de huevo a diario. La yema de huevo es la fuente alimentaria más importante de zeaxantina, un pigmento antioxidante que protege la mácula de agresiones exteriores. Los investigadores aconsejan comer dos huevos al día para proteger nuestros ojos. Como digo siempre: ¡las yemas son buenas para la salud!
A pesar de lo que le diga el médico, existen formas de proteger los ojos:
Deje de fumar. Todos los humos que entran en el cuerpo, incluido el del tubo de escape de los vehículos a motor, traen consigo miles de millones de radicales libres, moléculas agresivas capaces de dañar o destruir las células. Las células de la retina y de la mácula son especialmente sensibles a los radicales libres, puesto que su fuerte exposición a la luz ya les fuerza a sufrir una presión constante. Y no hablemos del humo del tabaco.
Vigile la tensión. Los ojos se encuentran recubiertos de vasos sanguíneos microscópicos, los capilares, que irrigan las células de la vista. Si tiene la tensión demasiado alta (y recuerde que no hay forma de saberlo si no se controla regularmente), los capilares acaban por dañarse.
Tenga cuidado con el azúcar en sangre. Un nivel excesivo de glucosa en la sangre daña fuertemente los capilares. Por eso, las personas diabéticas corren el riesgo de quedarse ciegas, o hasta de sufrir una amputación cuando los vasos sanguíneos se han destruido y los miembros ya no reciben irrigación.
Tome mucha verdura. En especial berza, espinacas y brócoli, pues las investigaciones médicas han demostrado que esta clase de dieta mejora la vista, al ser rica en carotenoides, y en particular luteína.
Aumente sus aportes de omega-3. Una alimentación equilibrada en omega-3 mejora la vista. Consuma más pescado azul o tome suplementos de omega-3.
Coma pequeños frutos negros (grosellas, arándanos, moras...). Son ricos en antocianinas, pigmentos que actúan como una "crema solar" para las células, protegiéndolas de los daños provocados por la absorción de las radiaciones de alta frecuencia y en especial los rayos ultravioleta.
Coma yemas de huevo a diario. La yema de huevo es la fuente alimentaria más importante de zeaxantina, un pigmento antioxidante que protege la mácula de agresiones exteriores. Los investigadores aconsejan comer dos huevos al día para proteger nuestros ojos. Como digo siempre: ¡las yemas son buenas para la salud!
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